Se me cae la casa desde que se marchó...
Ahora ya sólo espero el derribo.
Esque perdí la pista del eje del salón,
y estoy continuamente torcido...
Y ahora sólo pienso en ella,
no encuentro razones cuando
su recuerdo se me clava entre las cejas.
Buscando mi destino, viviendo en diferido sin ser, ni oír, ni dar...
Y a cobro revertido quisiera hablar contigo y así, sintonizar.
Vente a la sombra, amor, que yo te espero.
Que tengo el corazón aquí con bien de hielo...