jueves, 24 de febrero de 2011

Reencuentros inesperados surgen

De pronto piensas en alguien, doblas una esquina y aparece.
No sé si es magia o casualidad, pero a mí me pasa.
Y entonces esa persona que se creía olvidada se da cuenta de que no es niebla,
y por un momento entiende que es posible que aunque las circunstancias manejen la distancia y el contacto de los individuos, no controlan el lugar que ocupan dentro de ti.
Hay una barrera, un límite que no entiende de tiempo, y cuando logras atravesarlo nada cambia, aunque pasen mil años, aunque intentes mentirte y creer lo contrario porque es lo fácil, no podrás poner remedio. Hay que resignarse y entender que algunos vínculos son más fuertes de lo que creemos. Y aunque nos empeñemos, no se pueden destruir, sólo hacer simulacros de exterminio.

Pero no pretendas explicar esto a nadie, hasta que no lo vea con sus propios ojos no lo aceptará.