El día que me desconozcas será noche. La noche eterna.
El sol habrá eclipsado tus pupilas y reinará la oscuridad.
Dejarás de apreciar el color de las amapolas,
el olor a Chanel
y el placer del chocolate.
Tus uñas no serán purpura,
tu belleza, se perderá.
Quizás tampoco existan ya las hojas de los libros que albergas en estanterías
y escondes en otros tantos lugares.
No existirán fronteras emocionales entre Francia y España.
Te dará igual donde estés, dejarás de ser.
El día que me desconozcas, yo también me desconoceré.
Una parte de mí se irá con tu olvido.
Pero intentaré agarrarte fuerte,
para que no te arrastre consigo...