lunes, 14 de julio de 2008

Las personas aman, las personas temen, las personas hablan demasiado, las personas van y vienen. Hablo de soledad, joder, yo también voy y vengo, y quiza mi verdadero castigo es querer lo que no tengo. En el fondo nadie me conoce...

sábado, 12 de julio de 2008

Poesía

Diálogo entre Juan de Mairena y Jorge Meneses:

- ¿Qué augura usted , amigo Meneses, del porvenir de la lírica?
- Pronto el poeta no tendrá más recurso que enfundar su lira y dedicarse a otra cosa.
- ¿Piensa usted?...
- Me refiero al poeta lírico. El sentimiento individual, mejor diré: el polo individual del sentimiento, que está en el corazón de cada hombre, empieza a no interesar, y cada día interesará menos. La lírica moderna, desde el declive romántico hasta nuestros días, es acaso un lujo, un tanto abusivo, del hombre manchesteriano, del individualismo burgués, basado en la propiedad privada. El poeta exhibe su corazón con la jactancia del burgués enriquecido que ostenta sus palacios, sus coches, sus caballos, y sus queridas. El corazón del poeta, tan rico en sonoridades, es casi un insulto a la afonía cordial de la masa, esclavizada por el trabajo mecánico. La poesía lírica se engendra siempre en la zona central de nuestra psique , que es la del sentimiento; no hay lírica que no sea sentimental. Pero el sentimiento ha de tener tanto de individual como de genérico, porque aunque no existe un corazón en general, que sienta por todos, sino que cada hombre lleva el suyo y siente con él, todo sentimiento se orienta hacia valores universales, o que pretenden serlo.

lunes, 7 de julio de 2008

Tiembla la memoria, se agrieta el recuerdo, el dolor se agolpa y acude el sin vivir. Tirita el sol y las flores se esconden, se paran los ríos en señal de duelo. Cielo sin color, charcos de quejíos... En el suelo llora la noche, las estrellas se irritan, la luna se esconde asustá y herida. Galopa la muerte de forma violenta y el temor se adhiere con fuerza a la conciencia.

jueves, 3 de julio de 2008

Crecer es ley de vida.

Llega un momento en la vida en el que los recreos se acaban, los juguetes se llenan de polvo, y comenzamos a sentir otro tipo de interés por el mundo. Nos volvemos más sentimentales, pero más fuertes. Comenzamos a salir de nuestro cuento de hadas y darnos cuenta de lo que es realmente el camino que conforma nuestro día a día. Nos preocupa nuestro futuro, tememos quedarnos solos, y empezamos a ordenar el armario que tantos años llevaba desordenado. Estantería por estantería miramos, y no comprendemos porqué nos gustaron tanto algunos muñecos, porqué pinchamos algunos balones creyéndonos superiores a ellos cuando en realidad todos los balones éramos iguales cada uno a su manera, porqué dejamos de hablarnos con ese amigo/a tan especial, porqué cojones tenemos que crecer y tener responsabilidades.
Todo sería más simple si fuésemos unos críos toda la vida. Y que nuestros padres tomasen todas las decisiones por nosotros, que nos diesen la comidita, que nos bañasen, nos pusiesen películas para entretenernos y librarse un rato de nosotros...
Pero lo cierto es que la cantidad de cosas que sientes al madurar, al crecer, valen por todo lo malo que pueden tener. Empezamos a ser independientes, y esto a algunos les cuesta más que a otros. Pero no por ello hay que maldecir el progreso humano, la vie. Habrá que acostumbrarse a que los lujos no son eternos, y el lujo con el que se nos premió de pequeños finalizó. Ahora nos toca pensar antes de actuar, y lamentarnos pero afrontar la realidad cuando hagamos las cosas mal.
Nos creémos amos y señores, pero aún no sabemos practicamente nada de la vida.
Antes estábamos subidos en el tren de la bruja, con algunos miedos, pero sin preocupaciones, ahora nos hemos subido en un ave que va a 300 km/h. Y de la velocidad que lleva, hasta cuesta detenerse a observar el paisaje...

¡Eh, escucha!

El día de hoy no se volverá a repetir. Vive intensamente cada instante. Lo que no significa alocadamente, sino mimando cada situación, escuchando a cada compañero, intentando realizar cada sueño positivo, buscando el éxito del otro, examinándote de la asignatura fundamental: el Amor. Para que un día no lamentes haber malgastado egoístamente tu capacidad de amar y dar vida.

martes, 1 de julio de 2008

Luces de ciegas luciérnagas me trazan el camino...

Hoy te vi. Tras varios meses sin saber nada de ti, viéndote quizá a lo lejos, hoy te tuve a un metro de mí durante unos quince minutos. Una pared, cual metáfora, nos separaba. ¿Quién me habría dicho que tras entrar en la sala, y recorrer el pasillo hasta su final, te encontraría? Es mas, si me lo hubiesen dicho me temo que me habría dado la vuelta, y habría echado a correr. Tan sólo por no sufrir como sufro cada vez que te veo y no te puedo ni tan siquiera saludar. Al verte allí, en una silla, el corazón empezó a latir cada vez más y más fuerte. Hasta que poco a poco, fue serenando, hasta volver a su latido normal. Y cuando esto sucedió, tu ya te habías marchado. No es que no recordase tu tez, tu mirada, tus rasgos, tu melena... Lo que no recordaba era lo que yo sentía cada vez que te veía. Pero hoy lo he sentido, y me he dado cuenta de que nunca te podré olvidar. Ni el alceimer podrá con tu recuerdo. Y lo peor, es que tu ni siquiera me has visto. O al menos, ni me has mirado.
En la soledad de mi pensamiento prometo cavalgar siempre a tu lado, pero algún día el caballo se cansará de trotar, y te evaporarás. Y entonces será cuando vengas tu detrás. Pero yo ya no tendré ningún vehículo o animal sobre el cual contigo marchar. Será entonces cuando te des cuenta de lo mucho que te he llegado a apreciar, y será entonces, por fin, cuando te arrepentirás.