Perdidos en una distancia, algo les acercaba, quizás el sentimiento que sus corazones alvergaban, o la mera química que sus miradas echaban. Lo cierto es que todo aquel que lo veía, lo notaba. Pasar a su lado era sentir un fuego, si te quedabas parado un rato te quemaba, y de esa fragancia de amor te llenaban. Nunca nadie había visto algo igual. Era hermoso, pero a la vez tenebroso. Era magia lo que en ellos habitaba. Dicen que no existen magos ni trucos, así yo también pensaba antes de verles cogidos de la mano. Una burbuja de karma siempre les acompañaba, pese a no ser siempre todo de color de rosa.
Las personas lo envidiaban, no sabían que pudiera existir un amor real. Lograron malmeter, destruyéndolo. Pero en sus latires siempre se tenían el uno al otro, aunque aquello para ellos fuese poco. Se dieron un último beso, sus almas se empañaron de deseo, y poco a poco él en la penumbra fue desapareciendo...
¡Un amor prohibido consumido! - gritó jactándose el rey- todo terminó.
Pero el equívoco les llenaba, sólo era el comienzo de un vuelo a la intemperie de almas, unidas para la eternidad. YYY