sábado, 26 de septiembre de 2009

La mujer de las no sé cuantas primaveras

En un debate de brazos, piernas y pies logré encontrar una figura de interés. Una mujer elegante, de cabello castaño y liso, vestía unos zapatos de tacón, una mujer cuyo aspecto destacaba con enorme diferencia del resto de personas que formaban aquella muchedumbre mediocre, ya no solo porque llevaban unos calzados complicadamente simples pero cómodos (conforme pasan los años las prioridades cambian), sino también por esa imagen tan cuidada que no lograba revelar su edad, ya no con exactitud, sino simplemente orientar en el tiempo su nacimiento resultaba algo complejo, yo la echaba menos de los años que tenía, y ella intentaba aparentar mas. Cerré los ojos, y, al volver a abrirlos, me costó encontrarla, se ocultaba tras una columna, se apoyaba sobre ésta. Volví a cerrarlos, era a primera hora y el cansancio podía con mis pupilas, desapareció, esta vez no había pilar que la ocultara, simplemente no la volví a ver.

domingo, 20 de septiembre de 2009

"Es así, no hay vuelta de hoja, el corazón atrincherado entre costillas hoy se enoja"

Es fácil enamorarse y no volver a hacerlo nunca, lo difícil es dejar atrás el sentimiento, y emprender uno nuevo, paralelo al anterior. Cargarse de ilusión sabiendo que esta te lleva a una caída, levantarse para volver a caer. Olvidar y comenzar de nuevo. Poca gente tiene la fuerza para hacer esto, se enamoran una vez, y nunca mas. La memoria no perdona, no deja al corazón entrar de lleno en ningún ser mas.
Las personas maldicen esta incapacidad, no se dan cuenta de que es lo mas sencillo, para volver a creer en el amor hay que luchar. Como cuando te falla un amigo, lleva tiempo volver a confiar, y repito, lo simple es no perdonar, lo complejo es absolver y volver a comenzar.

viernes, 11 de septiembre de 2009

La verdadera riqueza está dentro de ti

Mientras buscaba el dinero, la inversión, lo material, otros buscaban sus sueños, sus deseos, su futuro, su media naranja... Mientras él buscaba vivir bien, otros simplemente buscaban el medio de sobrevivir. Él tenía todo pero estaba vacío, otros tenían despojados los bolsillos pero llenas sus almas. Ambos tenían mismos destinos, sus cuerpos yacerían en fosas. Allí no vale de nada tener un chalet de 200 metros cuadrados con piscina y jacuzzi, ni un Lamborghini Gallardo, ni tan siquiera tener asistenta, pues solo tu estás ahí abajo. Sin embargo, la gente no parece darse cuenta de la importancia que tiene nuestro interior, por encima de todas las cosas palpables valoradas en millones y millones de euros. La verdadera riqueza es saber quererse cada mañana, y cada noche saber pensar en alguien que no seas tú mismo.