Eso es, dices, mientras dudas de algo tan simple, tan obvio que pierde el color volviéndose transparente, visible a cualquier pupila de no importa la edad o capacidad de visión.
Pecas, por ceguedad, por no ver algo que casi puede llegarse a palpar.
Pecas, por no ser capaz de ver la realidad.
Y vuelves a pecar por esconderte bajo una fraudulosa manta de visibilidad.
1 comentario:
Muchas gracias por tu comentario... por mi parte tambien te digo que me gusta como escribes LOVE THIS ONE ! me parecio muy profundo cuidese BLESSINGS!
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