miércoles, 14 de mayo de 2008

Mi rosa.



Como la rosa su belleza me cautivó.
Y como la rosa, una espina me clavó.
¡Quién pudiera arrancármela!
Mas quien lo logre le seré agradecido eternamente...
no del mismo modo, claramente.
Pues mi amor en ésta se habrá llevado.
Pero si podrá tenerme siempre, seguro, a su lado.
Hasta ahora, todas las flores que vi se marchitaron,
pero ésta, debido al fuerte encandilamiento, no.
Ésta perdura, y mucho me temo, perdurará infinitamente.
El rojo de sus pétalos me conmueve,
me desconcierta el brillo de sus estambres,
y me ilusiona al pensar en sus posibles paisajes.
Ay, flor de mis delirios,
cuanto te puedo querer...

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