jueves, 5 de noviembre de 2009

La duda ofende

Las dudas, aquellas sustancias que ensucian el sentimiento de paz y tranquilidad que todo ser humano desea tener día a día en su vida. A veces se enrrollan formando nudos tan fuertes que ni los años logran deshacer. Pero no por ello hay que desvanecer la esperanza que se oculta en una esquina de nuestro alma. Incluso llegamos a nadar en un mar de tremenda incertidumbre, cuyos peces en vez de ayudar se dedican a atormentarnos aún mas. Lo que aquí planteo es como atacar esos temores. Cuando tenemos un miedo lo primero que te dicen es que hay que afrontarlo, pues bien, ante las indecisiones el primer movimiento es ser conscientes del problema, no intentar evadirnos de él a través de estúpidas vías de escape. Lo segundo es plantear posibles soluciones, si no se te ocurren es que tu mente está tan vacía como una concha de la playa, en tal caso no busques soluciones, búscate un maestro que te oriente, a éste le encuentras de noche, en la oscuridad cuando estás tumbada encima de la cama mirando el techo con los ojos abiertos aún sabiendo que no ves nada, si tu mente procesa debidamente y no es ningún tipo de decorativo playero encontrará remedios al asunto, solo te queda escoger cual es el alivio a tu condena, y fin.
Esto trasladado al campo de la vida, en concreto la mía, para qué ir mas lejos, no es tan fácil, siempre la teoría es mas sencilla que la práctica. Alguna vez he sentido miedo al embarcarme en amistades, porque presentía que no iban a salir bien, un sentimiento inquieto no me dejaba disfrutar y me alejaba. Y he dedicado muchas horas de pensamiento, meses y meses, para tomar una decisión, pero tarde o temprano siempre las he tomado.
Estamos condenados a tomar juicios desde el momento en que nacemos, aunque no lo parezca. Nos persiguen, y aunque intentemos huir no hay manera. Cuando sales de casa cada mañana decides el camino que recorrerán tus pies, los semáforos que cruzarás, e incluso la compañía que tendrás. Según el camino que escojas verás un paisaje diferente, según el momento que escojas para cruzar podrá ser un cruce mas o el que cambie definitivamente tu vida, y según quien te acompañe crearás lazos diferentes con el mundo que cambiarán tu vida para siempre...

"Lo más difícil de aprender en la vida es qué puente hay que cruzar y qué puente hay que quemar." - Bertrand Russell

1 comentario:

Unknown dijo...

De lo que no hay duda es de que dudamos.
Es agobiante tener que elegir, pensar si lo hemos hecho bien o no, pero por otra parte, es lo que le da un poco de gracia a todo esto. Tener todo escrito, todas las decisiones tomadas por adelantado sería aburrido y más rutinario de lo que ya es el día a día.
Equivocarse duele mucho, pero es algo por lo que hay que pasar. De los errores se aprenden, otra cosa es que sea cierto. Seguiremos viviendo con la duda.