Antes de comprar un producto, hay que mirar la fecha de caducidad, de nada vale hacerlo en casa, hay que hacerlo en el acto, en el lugar. Y valorar si nos dará tiempo a aprovecharlo, o si a la larga nos veremos obligados a tirarlo sin mas.
Los supermercados son campos de estanterías cargadas de productos, no hay prisa por coger uno, comprarlo e irnos de la tienda. Una sabia elección lleva su tiempo, quizás haya personas que pasen su vida recorriendo los pasillos sin encontrar lo que realmente buscan, pero no importa, porque hay algo más importante que comprar lo que queremos, y es quien nos acompaña en esa búsqueda.
No se trata sólo de hallar un artículo, se trata de primero comprobar que es lo que verdaderamente queremos y necesitamos, cosa que tendemos a olvidar.
El amor caduca, el amor perece, pero parece estar a pie de calle, esperándonos.
No hay prisa por tomarlo, primero hay que pensarlo...
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