domingo, 31 de octubre de 2010



Deshaz los cajones, deshazte de todo. Tira esos viejos calcetines que llevan años enredando. Deja que les de la luz a los olvidados del fondo. Pruébate lo que aún puede valerte, deshazte de lo inutilizable. Dale algo de color a esas oscuras maderas. Haz hueco para cosas nuevas. Ponte ese gorro que creías perdido, póntelo hasta que quede roído. Cambia esas perchas que apenas sujetan, aunque sean más caras coge unas que valgan la pena. Saca todo y valora si sirve para algo. Métete dentro del armario; salta, grita, escóndete, rómpelo.

La vida no es más que eso, un enorme guardarropa a menudo desordenado donde se mezclan calcetines usados malolientes con ropa recién limpia y planchada. Donde el único modo de encontrar lo que buscas es revolverlo todo.
Por eso hay que ser ordenado...

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