martes, 14 de mayo de 2013

. . . . . . . . .


Te echo de menos en cada suspiro.
En cada despertar, en cada acostar.
Incluso cuando pierdo la mirada en un rincón de esta casa pienso en ti
(y en la de la playa y en París).
Cuando abro la puerta de la calle, espero verte detrás, esperándome,
pero ya han pasado más de 500 días, y nunca estás.
Abrir con cuidado la puerta para no hacer ruido,
es igual,
ver tus cosas, volver a mirar y ver que en realidad nada hay.
Echo de menos acariciarte, aunque recuerdo el tacto de cada una de tus partes.

lunes, 6 de mayo de 2013

Quiero otro abogado

En este juicio fatídico, 
entre el te quiero y el te irrito
(que antes era "necesito"),
teniendo de abogado defensor 
lo poco que queda de mí, 
que es dolor,
y en contra 
los reproches de un supuesto error, 
sentencio inimputable a este corazón
(y es que la condena 
se fue con la pena,
versos presos quedan,
grabados en la celda, 
donde habito en libertad 
sin piedad). 

viernes, 3 de mayo de 2013





Mi lengua, amiga del whisky humeante en noche ruidosamente plácida.