¿fantasía o realidad?

Nos machacamos continuamente pensando en lo que podría pasar y naturalmente, y desgraciadamente, no sucede. Imaginamos que esa persona con la que estamos enfadados, un día vendrá a pedirnos perdón, imaginamos que nuestro amor platónico un día será nuestra pareja estable, imaginamos que de mayores tendremos grandes trabajos con grandes sueldos, pero no estudiamos en exceso porque preferimos salir con los amigos, créemos que esos amigos estarán ahí siempre, imaginamos que en nuestro cumple se nos llenará la bandeja de entrada del móvil de la cantidad de felicitaciones que recibiremos, imaginamos que nuestros novios/as nos obsequiarán en San Valentín con un hermoso ramo de rosas, e ilusionados recibimos simplemente un felicidades, o en su defecto, un casi rutinario "te quiero"... así podría continuar una amplia lista de ilusiones que jamás son cumplidas. No nos damos cuenta de que esperando tanto de los demás nos creamos falsas esperanzas, y a fin de cuentas, infelicidad.
¿Acaso vale la pena esa pequeña felicidad momentánea del pensamiento el abatimiento que desarrolla más tarde cuando vemos que no se cumple?
A mi parecer no. Por eso me limito a dejarlo en sueños, en libres sueños. Y al despertar de estos, soy consciente de que nada de lo soñado se producirá.
Esa felicidad del sueño imposible no tiene ni punto de comparación con la felicidad que causa el hecho real, el sueño hecho realidad. Quiero decir, que más felicidad causa el no pensarlo, aunque lo deseemos, y que suceda, a que lo soñemos continuamente, y no suceda.
Y aquí les dejo la paradoja o la falacia, como quieran llamarlo: ¿hemos de vivir en nuestra nube azul, o bajar a la cruel pero a largo plazo más satisfactoria, realidad?