- Silvia, ¿quiere beber algo?
- Quiero beberme la vida, y despertar mañana sin resaca ni mareos
- ¿Y para picar?
- Para picar... mmm... para picar quiero minipastelitos de ilusión, que oí decir a una pareja hace unos días que estaban muy ricos
- ¿Qué deseará como primer plato?
- Sin duda alguna, el mejor plato que sabe preparar la cocina de este restaurante, un gran plato de alegría, y que tenga cuidado el cocinero no vaya a dejarlo demasiado tiempo al horno, que para tomarlo quemado me voy a un establecimiento mediocre, sin apenas aire acondicionado, como el Mc Donald's
- De acuerdo, ¿de segundo?
- Una cazuela de felicidad, y me la trae directamente a la mesa para que yo la vea, que quizás por el camino vaya perdiendo al enfriarse calidad...
- No se preocupe, así se hará. ¿Algún postre tomará?
- No, gracias, creo que con todo lo anterior mi hambre estará saciada. Sin embargo quisiera pedirle algo
- Dígame
- ¿Tienen hojas de reclamación por si acaso no me traen lo que he pedido?
2 comentarios:
Buena metáfora, me gusta =)
Que exigente es Silvia...pero qué menos, no? jeje
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