martes, 21 de septiembre de 2010

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Me acostumbré al verano y a su calor. A las mañanas de nada hacer. Al levantarse tarde, y al dormir más tarde aún. Al descanso. Al soñar. A cenar fuera, y a estar poco dentro. A mi vida relajada... a vivir. Y ahora vuelvo a la monotonía, al agotador día a día que consume mi paz. Necesito volver atrás, detener el tiempo y estancarme en mi verano mental.

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