jueves, 30 de septiembre de 2010

Y no me dolió la cabeza

Me alegro de haberme entretenido en clase, de haber perdido el tren. De haber dejado marchar el metro. De haber andado lentamente. De haber pensado en ti y mirar esa esquina. Me alegro de haberte visto ahí, de pronto. De haberme quitado los cascos, de haberte escuchado. De haberte mirado. De haberte agarrado para que no te fueras. Me alegro de ti, que es un vacío en mí que a veces se llena. Me alegro de haberte encontrado el sábado pasado y comerme las tripas, porque si no hoy no habría sido así. Me alegro, que no es un verbo, es un sentimiento. Y me quedo aquí...


En una fecha como hoy, no creo en la casualidad.

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