lunes, 29 de septiembre de 2008

Dicen los sabios que temer a la muerte es no vivir. De acuerdo que limita nuestra existencia, y muchas veces incluso condiciona nuestra vida, pero ¿cómo no vamos a temer a algo tan oscuro y desconocido como es el morir? Quizá sea hasta mejor que esto, pero mientras no se tenga la certeza, prefiero vivir. Además, si tenemos en cuenta que los misterios nunca suelen ser agradables, y jamás nadie ha sabido explicar que viene después... Es algo sospechoso. Puede que sea demasiado complejo como para que en el estado en el que nos encontramos lo logremos comprender. Por ello dejamos de ser visibles un buen día y emprendemos un viaje hacia algún lugar con paradero desconocido para el ser humano. Y ahora viene la cuestión, si lo que importa es ser un ser vivo, ¿nuestro destino será el mismo que el de las rosas que se me marchitaron esta semana? A fin de cuentas, sólo son vidas.
Todo son especulaciones que no llevan a nada... Pero una cosa puedo practicamente asegurar, aún sin ser científica y teniendo un coeficiente intelectual mediocre, y es que venga lo que venga, será mucho más independiente que lo que estamos experimentando nosotros diariamente en nuestra estricta, o no tan estricta, monotonía o rutina. Asique aprovechemos esta vida para no ser antisociales (como yo jajaja) y disfrutar de las relaciones humanas deteniéndonos a conocer al máximo a cada persona. Con ello no me refiero en el sentido sexual, si no en el espíritu aventurero abierto a conocer vidas, sin necesidad de abrir las piernas xD, y aprendamos de cada uno de los relatos.


A todos nos espera la muerte, no hay excepciones...



No hay comentarios: